Introducción
Yoann Lemoine, mejor conocido como Woodkid, es un director, diseñador gráfico, productor y músico francés, nacido el 17 de Marzo de 1983 y criado en Lyon, Francia.
El artista debutó en el 2011 con su EP "Iron" y tiempo después entraría a ser más conocido con su álbum debut del 2013 "The Golden Age" publicado el 18 de Marzo de 2013. En años posteriores, Woodkid habría colaborado para producir el soundtrack de la película "Desierto" y en 2016 lanzó su segundo EP "Ellis". El 16 de Octubre de 2020 se publicó su segundo álbum de estudio, S16, bajo el sello discográfico, Island Records.
Análisis & Reseña
S16 posee 11 tracks, en los cuales "Goliath" es la canción que se encarga de abrir el disco, y "Minus Sixty One" es la que la que lo cierra. Las canciones destacadas del disco son:
- Goliath.
- Enemy.
- Reactor.
- Drawn To You.
- Horizons Into Battlegrounds.
- Minus Sixty One.
Las lamentaciones del señor Lemoine frente a la tiranía de las grandes industrias es semi compleja cuando las puedes comparar con metáforas químicas y los sentimientos del hombre en estado de vulnerabilidad melancólica .
En los videoclips para sus canciones "Goliath" e "In Your Likeness" hay una comparación brusca del hombre, la máquina y el daño dimensional entre ambos, pero no hay nada de ridículo en esa idea que no incite al drama típico en un disco de Woodkid. Mientras que para el video de Goliath, la máquina se ubica en un sitio de extracción minera como un colosal extractor de carbón que alimenta una fragua que da vida a una masa amorfa de color negro (posiblemente la misma que abraza en la portada). En In Your Likeness, se pone a Woodkid encima del helipuerto de una plataforma petrolera sobre el mar, que reduce fríamente al protagonista a una pequeña proporción de sí mismo.
Esa manía por la antipatía de la maquinaria industrial es un juicio a las industrias voraces y al daño causado por estas: algunos datos arrojan que los ingenios petroleros degradan y comprometen al suelo terrestre debido al desmalezado y alisado del terreno. Así también, el gasto de recursos naturales y producción de residuos contaminantes por parte de las mismas, generan consecuencias nocivas para el ecosistema. Es este universo de crudeza maquinaria y de humanos de visión cegada lo que ha convertido el enfoque de ojos llorosos del señor Woodkid en su segundo álbum de obra caótica, S16: la vida y el dolor humano convergiendo hasta este punto.
Si de casualidad, el nombre del disco no te suena, es solo que vayas y le des una revisada rápida a la tabla periódica para darte cuenta que S16 no es más que el símbolo químico (S) y el número atómico del azufre (16), ambos inusuales para el nombre de un álbum. El hecho de que su segundo álbum se llame literalmente "azufre" no es más que un atado inteligente de cara testaruda para nombrar a la música de alto calibre en una incertidumbre rayada. El guión central trata sobre aquello que es necesario, pero a su vez, dañinamente nocivo. Es en esta parte potencial entender su nombre, pues, aunque el azufre representa gran parte de los compuestos necesarios para la vida, el dióxido de azufre es potencialmente tóxico para el cuerpo humano. Puedes llevar esa expresión tan ecologista y emocional al lugar que desees, solo debes entenderle el doble sentido, si es que ya de por sí una metáfora química no era bastante compleja.
A pesar de ser un registro demasiado afilado para un artista de manos desnudas, S16 es una declaración semi compleja para la música pop de los corazones lijados y del hombre vulnerado por la melancolía que por horas se ha lamentado. Aquí, los cortes de música industrial han sonado en seco para que la producción se oiga como golpear un tubo de acero en el eco de un cuarto, o, en ocasiones saliéndose del contexto percusionista puedes oír la gracia épica de la banda sonora del filme cinematográfico.
Woodkid es desmedido con su lengua cortante: "The chest and the head divided by a white laser. The Pattern of mad strobes, you're going haywire" Aúlla en el abridor Goliath. Continua mas adelante: "A sustained, heart pain and dark fever". Generalmente, el instinto de fatalidad en sus canciones es inminente cuando su voz abrumada convoca su gran próxima tragedia amorosa de sabor amargo. La creación de esos escenarios multidimensionales en los que su música se encierra y forza, proviene de su mayor ingenio como realizador de videoclips musicales en los que la angustia se impone por sobre todo lo demás.
Es entonces la colección de sus 10 canciones una trama entre el apego romántico y el fervor por padecer daño alguno. "Posiblemente este loco" Diría cualquiera. Sin embargo, esta música perversa e inmaculada no es más que un molde de lo que somos: humanos que no han aprendido a despegarse del amor insano o a comprender lo doble cara que es la vida.
-Escrita Por: Juan Esteban Cardona Alomia.
Calificación
Ya habiendo revisado S16 de Woodkid, su calificación final es:
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